Bosque en medio de algún lugar

por **Abraham** Miér Ago 20, 2014 12:33 am

Me quede inerte cerca de un árbol tocando con mis dedos su corteza, sintiendo la rugosidad de este he incluso el poco calor que este generaba. Dirigí mi mirada hacia sus hojas, estas se balanceaban bajo el suave validen del viento; antes de bajar la cabeza y ver el suelo, la expresión que tenía mi rostro era algo extraña y complicada ya que mostraba serenidad mezclada con tristeza y un poco de desesperación.

Ya no sabía dónde me encontraba, ni tampoco a donde debía dirigirme ahora. Había perdido el camino que escogí en aquel sendero a causa de mi torpeza ¿Qué es lo que debía de hacer? Para poder retomar un camino que prácticamente ni siquiera sabía que era el adecuado o por lo menos real. ¿Por qué seguía caminando ciegamente? ¿Acaso eran por las palabras de aquel abuelo? O simplemente era porque ya no tenía un lugar a donde ir.

Comencé a preguntarme varias cosas con forme vagaba entre los inmensos árboles que constituían el bosque en el que había caído. Ahora no era más que un niño que se encontraba desamparado en medio del mundo, las pocas ropas que tenía aun no eran más que un montón de harapos. Eso era lo poco que me quedaba de lo que me dejo mi hermano, ahora… no sabía cómo podría solucionar eso, además… ¿Quién se podría interesar en un muchacho proveniente de la india en medio de quien sabe dónde?

Los únicos que se había preocupado por mí ya no estaban, me encontraba solo y aun así tenía que seguir delante de alguna manera sin tener que recurrir a los mismos errores que cometió Altaír. A lo mucho lo único que me quedaba era la daga con la cual pelaba las frutas y limpiaba la carne… Saque de entre lo que quedaba de mis ropajes aquella pequeña daga y la desenfunde para contemplar su hermoso y seductor brillo. La luz de mis orbes se estaba opacando poco a poco, fue entonces cuando sacudí la cabeza para deshacerme de pensamientos extraños y de nuevo guarde la daga.

No podía permitir que la desesperación me tentara a terminar con otras vidas, sin importar que haya pasado en mi vida, los demás no tenían ninguna razón para pagar por ello. Por eso mismo tenía que buscar un camino que me guiara hacia la luz que tanto deseaban encontrar mis padres y hermano. Un resplandor de esperanza que me pueda guiar hacia la felicidad y tranquilidad, sin que tenga que perjudicar a otros.- Bueno…- Estaba a punto de llorar y no en forma dramática para entretenerme o des estresarme, eran lagrimas que deseaban salir desde lo profundo de mi corazón. O por lo menos eso era lo que me indicaba el nudo que ahorcaba con dolor mi garganta. Sin embargo, ahogue aquel sentimiento porque tenía que encontrar una manera de sobre salir en vez de lamentarme por las cosas que ya no podía ser arregladas.- Supongo que de nuevo tendré que dar vueltas para encontrar mi camino.- Pero una extraña voz me interrumpió antes de que me pudiese mover.

-No sería mejor que buscaras el camino de otra manera, así nunca llegaras a ningún lado. O por lo menos no al sitio indicado en el que deberías de estar en estos momentos renacuajo.

por **Shinzo** Sáb Ago 30, 2014 9:17 pm

La suave brisa matutina acaricio las ramas de los arboles, produciendo que estas se moviesen levemente, una simple agitación fugaz mas cuyo sonido como eco se expandió por toda el área del bosque. Fue esta misma brisa la que levanto ligeramente el cónico sombrero de aquel peregrino cruzando uno de los mas usados caminos entre aquellos arboles, y la que había pasado contra su piel, acariciándole con su frescura, y provocando que se detuviese en su andar y mirase a las alturas. Habría quienes dirían que parecía intrigado, y otros jurarían que su expresión no había cambiado en lo absoluto. Pudiese que ambos tuviesen razón.

Aquella figura parada entre el boscaje sería algo peculiar ante ojos occidentales. De tratarse de un siglo anterior, los habitantes de la región se mantendrían perplejos por la forma en que el hombre mantenía descubierto su hombro y brazo derecho mientras que el izquierdo se encontraba casi totalmente envuelto en aquella tela rojiza que continuaba bajo su cintura cubriendo sus piernas y haciendo imposible el saber si llevaba algún tipo de pantalón bajo esta. Sin embargo en la era donde vivía, seria algo inusual mas no desconocido, gracias a la cantidad tremenda de exploración por los reinos Europeos.

Algunos dirían que resaltaba mas la carga que el joven llevaba sobre su espalda pues esta era de un gran tamaño y su apariencia rectangular, como si fuese una caja, se encontraba cubierta de un manto blanco. Sin embargo para otros esto no seria lo mas llamativo de este personaje. No, lo que mas destacaría, lo que muchos encontrarían como excepcional o inclusive escalofriante era el hecho de que aquel hombre no paraba de sonrerir, manteniendo aquella mueca perpetua, como si su rostro se hubiese paralizado en aquella forma. Sin embargo, a pesar de que aquella ruta era la más usada constantemente por viajeros, en aquellos momentos se encontraba prácticamente vacia, y no se podían ver muchas personas en ella salvo a aquella figura foránea, alta y escuálida.

El joven de cabellos palidos reacomodo aquel sombrero conico sobre su cabeza y continuo su camino con tranquilidad, sus ojos cerrados pareciendo serles suficientes para saber por dónde iba. Por alguna razón se había detenido, mas aquello había pasado y ahora se encontraba simplemente continuando como si en ningún momento se hubiese puesto a contemplar el cielo, el cual era opacado por el follaje de los árboles, los cuales solamente dejaban pasar la luz por entre las hojas. Asi pues, tras haber retomado su recorrido se encontró frente a un joven cuyos ropajes eran definitivamente foráneos, mas no como los de el, y su estilo de peinado era algo que jamas veria en los Europeos. Tras inspeccionar al joven, el hombre de alta estatura se acercó al menor.

– Demu, Xiang Gong! Definitivamente no eres de estas partes verdad? Pareces de una tierra muy lejana, y algo me dice que andas perdido, hacia donde vas Xiang Gong? –

Sus ojos se mantuvieron cerrados a cada momento, y la sonrisa del hombre jamas abandono su rostro, de hecho parecía haber crecido en gran manera. Sus palabras parecían estar llenas de alegría, mas a cualquiera que dijera que parecían ser pronunciadas con algo de sarcasmo o de burla probablemente se le creería. Habia algo detrás de sus palabras aparte de su singular acento, el cual denotaba que aquel lenguaje no era su natal, mas que era, quien podría saberlo? El hombre habia inclinado su cuerpo para que su cabeza quedase a la altura de aquel forastero y su rostro no quedase tan lejos del de este. Aquello podía ser algo incomodo, mas si el hombre lo creía asi no lo mostraba manteniéndose mas bien a la espera de la respuesta del joven.

por **Abraham** Jue Sep 11, 2014 8:26 pm

Cuando creía que ya había perdido el rumbo y no había más opción que aceptar el tedioso destino por el que tenía que pasar, un hombre apareció sin que me diese cuenta. Tenía una vestimenta que jamás había visto así que me quede por varios segundo observándolo de pies a cabeza con la boca abierta con forme parpadeaba varias veces. No solo era su vestimenta lo que había abstraído mi atención, su color de cabello y los rasgos de sus ojos. Me había topado con una que otra persona en mi camino pero ninguna parecida al hombre que se encontraba frente a mi.- ¿Denu pi.. pian gonj? ¿Qué es eso?- En mi rostro se podía observar la confusión y quizás un poco de preocupación para saber el significado de aquellas extrañas palabras.

Por un momento dude si responderle aquel hombre o no, pero si apareció en mi camino debió de ser por algo.- Si me encuentro perdido… vengo de Arabia y estaba buscando un lugar en… ¿Dónde era?- Desvié mi mirada hacia el suelo para recordar el sitio que me había dicho el abuelo. Gotas de sudor comenzaron a aparecer a lo largo de mi rostro a causa del esfuerzo de recordar el nombre de lugar al que me dirigía.-Mmmm… (El sonido de un gruñido salió de sus cuerdas vocales con forme pensaba).- No lo recuerdo… solo sé que se encuentra en una tierra llamada Grecia y que es un lugar donde la paz se puede respirar y… alguien o algo lo cuida, no estoy seguro…- Mirando el rostro que se encontraba terriblemente cercano a mí.

Era extraño pero aunque aquel sujeto pareciera querer ayudarme de verdad ¿Qué podría ganar a cambio? La mayoría de las personas hacían las cosas pensando en algo a cambio siempre había sido de esa manera, o por lo menos eso fue lo que pude comprender a lo largo del tiempo. Sin importar cuanto quisiese mantenerme amable y despreocupado los demás… pero… solo por esta vez, quería pensar en que solo lo hacía por ayudar. Quería confiar en la vocecita que me decía que no tenía que temer de aquel hombre con una gran… ¿caja? envuelta en tela.- ¿Cuál es su nombre señor? Preguntando al portador de aquel sombrero en forma de cono.

por **Shinzo** Dom Sep 14, 2014 6:48 pm

La figura de alta estatura y blancos cabellos aumento su sonrisa al escuchar el destino del joven extranjero. Su cuerpo parecía demasiado relajado a pesar de la gran carga que parecía tener sobre sus hombros y su lenguaje corporal diría a la mayoría de los seres humanos que esta era una persona simple y tranquila. Sin embargo, para algunas criaturas de la naturaleza, la forma en que el hombre se mantenía de pie les daría a entender que debían de salir huyendo de allí lo mas pronto posible. Casi como si ignorara esto, o como si esta forma de ser fuese un estado enteramente natural de su parte, el joven no intentaba ni ocultar ni exaltar sus modismos, simplemente continuando con sus acciones como si nada en particular estuviese pasando; inclusive si su rostro mostraba algo enteramente distinto.

Lentamente como tanteando el terreno alrededor de la juventud extranjera, la delgada figura de aquel hombre sin cejas comenzó a caminar alrededor de este, dando suaves más precisos pasos en su dirección. Si bien las intenciones del sujeto no podían ser leídas con mirarle por la gran mayoría de las personas, probablemente sus acciones pondrían incomodo a cualquiera que tuviese la fortuna o infortunio de toparse en su camino y provocarle interés. Tal como una serpiente sus movimientos no parecían ser dado en una línea directa, mas bien cambiando de lado dominante con cada paso, hasta finalmente quedar frente a frente con el aquel sujeto de nombre extremadamente judío. Sin mucho cambio en su voz e inclinando su figura para que su rostro quedase a la altura del del chico, comenzó a contestar.

– Shenme? Xiang Gong tu eres un Xiang Gong! Y un Xiang Gong muy joven en verdad. –

El hombre paso su mano por su frente, haciéndose hacia atrás mientras alzaba la mirada. Al menos, eso parecería si no fuese porque aquel sujeto mantenía los ojos cerrados, negándose a abrirlos sin importar la situación. Aquello simplemente era una de las tantas cosas que podrían parecerle a alguien extrañas de aquel sujeto, pero tras muchas otras probablemente sería de las que se verían menos extravagantes.

– Neh, Xiang Gong, tienes realmente suerte, pues realmente se nota que estas perdido, pues si vas a Grecia yo podria guiarte hasta alli, pues al final es justo el mismo lugar a donde yo me dirijo. Quieres que te lleve Xiang Gong? Solo tienes que decir que si. –

Volteando hacia el joven inclino su rostro de tal forma que la luz del sol no fuese capaz de iluminarle, dejándole cubierto en sombras. Su mano se extendió hacia el muchacho, siendo dada en señal de pacto.

– Mi nombre es Shinzo Xiang Gong, cual es el tuyo?. –

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